En el octavo informe de la Cátedra se propone como principal objetivo analizar cuál es el efecto en el corto plazo de la inversión pública en investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) realizada en Asturias en 2021. Para ello, se ha recurrido a los registros oficiales de la Administración Regional sobre todas las convocatorias públicas de apoyo a la I+D+i en la región. Esto ha permitido construir una base de datos de gran precisión y que complementa otras estadísticas sobre ciencia e innovación en Asturias. A partir de los mencionados datos se cuantificó que el desembolso total del sector público asturiano en 2021 para el fomento de la I+D+i en empresas e instituciones ubicadas en el Principado, cantidad próxima a los 90 millones de euros. El sector privado asturiano recibió en torno al 34% de las mencionadas ayudas, la Universidad de Oviedo recibió un 38%, y, un 28% se destinó a fundaciones, centros de investigación u otros centros educativos.
Para el análisis de la contribución económica de las ayudas públicas destinadas a fomentar la I+D+i en Asturias se utiliza una herramienta aceptada internacionalmente para los estudios de impacto económico: el análisis Input-Output. Se ha propuesto un modelo que permite capturar no solo los efectos directos propios de la demanda de productos que se genera con las ayudas, sino también los efectos indirectos sobre los otros sectores que se ven afectados positivamente con estas ayudas a través de las relaciones intersectoriales dentro de la economía de la región y lo efectos inducidos, que capturan los efectos derivados de cambios en el consumo de los hogares.
Mediante esta aproximación Input-Output se ha podido constatar que las ayudas públicas destinadas a fomentar la I+D+I en empresas e instituciones han provocado efectos muy relevantes en la economía asturiana. Concretamente, el total de ayudas desembolsadas en 2021 ha generado 2.805 puestos de trabajo en la región. La producción de la economía asturiana sufrió un incremento en términos absolutos de más de 231 millones de euros, y el Valor Añadido Bruto (VAB), variable mediante la que se puede aproximar la productividad, experimentó un incremento de 149 millones de euros.
Lógicamente, los sectores que recibieron más ayudas para fomentar la I+D+i, como el sector de la Enseñanza superior o el de la I+D, han sido los más beneficiados. Sin embargo, a causa de las intensas relaciones intersectoriales, muchos otros sectores que no recibieron ayudas para fomentar la I+D+i también se han beneficiado de forma indirecta tanto en términos de aumentos en el nivel de producción y empleo.
Por último, se complementa el análisis con un breve estudio para evaluar la intensidad de los efectos en el largo plazo, es decir, en los periodos posteriores a su inversión. Se ha identificado que, gracias a las ayudas invertidas en 2021, la productividad asturiana crecerá anualmente en torno a un 0,2%, en media, durante la próxima década.